Increíble lo vivido hoy jueves en la decimoctava etapa del Tour de Francia con un Andy Schleck magnifico escapándose del grupo de favoritos a 60 kilómetros de la meta en plena ascensión del Col de Izoard y consiguiendo una impresionante victoria de etapa. Sin embargo, no ha conseguido el preciado maillot amarillo, que seguirá portándolo por solo 15 segundos un día más el alsaciano Thomas Voeckler.
Desde diversos puntos de vista, para unos la etapa ha sido un gran fiasco por la poca combatividad de los ciclistas: que si Contador, que si parecía una cicloturista, etc, etc, etc. Pero para otros habrá sido un ejemplo de cómo un ciclista solo no puede ganar un Tour si no cuenta con la colaboración de un gran equipo para poder plantear una batalla en una gran etapa como esta y para meter por delante a los gregarios que ante un eventual ataque de un jefe de filas pueda tener durante kilómetros y kilómetros una ayuda imprescindible y a su vez necesaria. Hoy, los Leopards se han portados como tal y su líder ha logrado su objetivo.
De Alberto, en estos momentos duros para él, solo tengo para bienes y no creo que sea momento de que aprovechados y descontentos le den con un canto en los dientes. Nos ha hecho vibrar e ilusionarnos durante estos días pasados. Contador todavía está en carrera y mañana puede ser su día en Alpe D’Huez.
21/07/2011