
El corredor del Euskaltel Euskadi ha dado una exhibición de fuerza, de coraje y de raza en la meta de Valdepeñas de Jaén. En una ascensión temible, con unas rampas durísimas, Igor Antón ha dejado clavado a todos sus rivales con un gran cambio de ritmo. Ha llegado la primera victoria española.
El corredor vasco, que ya fue tercero en el final del pasado lunes en el Castillo de Gibralfaro, aprovechó su condición física y la dureza de las rampas de El Chaparral (situada en plena línea de meta), para superar a Vincenzo Nibali y al eslovaco Peter Velits, segundo y tercero, respectivamente. El líder del Euskaltel la segunda victoria de su carrera en esta prueba (ya venció en 2006 en Calar Alto) y, además, dio un paso al frente en la clasificación general, donde ascendió a la segunda posición provisional.

La cuarta etapa resultaba ideal para una nueva batalla entre los favoritos a subir a lo más alto del cajón de Madrid. Su perfil escarpado, compuesto por tres puertos 'rompepiernas' y por un exigente final, estaba rematado con un broche de tres kilómetros con pendientes próximas al 27 por ciento de desnivel.
La temida cresta no perdonó a nadie. Tras los ataques circunstanciales de Luis León Sánchez y Rigoberto Urán, ambos del Caisse d'Epargne, 'Purito' Rodríguez, el teórico favorito en este terreno, fue el encargado de tensar la cuerda en el último kilómetro, sin alardes pero sin escatimar esfuerzos, y con pocos ciclistas a su rueda. Entre ellos, el propio Antón, quien esperó al desgaste del catalán y de Nibali para asestar de forma sorpresiva el golpe definitivo a 500 metros de la meta y para alcanzar unos metros de renta que le sirvieron para superar por escasas pedaladas al resto de protagonistas de la subida.
Mañana miércoles, la caravana de la ronda tendrá un pequeño respiro para los grandes favoritos, en una quinta etapa de La Vuelta que ligará un entramado llano de 183,8 kilómetros entre Guadix y Lorca. Será el segundo escenario ideal para los esprinters.